“Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y niñas” es el ODS número 5 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) establecido por las Naciones Unidas en el 2015. Muchas empresas se están sumando a este propósito no sólo por un sentido de equidad sino por los grandes beneficios que han tenido al tener mujeres en sus equipos de trabajo, a todo nivel. Una forma de contribuir a lograr este importante desafío es a través de políticas internas de conciliación (balance familiar, personal y laboral) A continuación, te explicamos cómo.
Debido a los nuevos retos de la sociedad actual, un mercado laboral más competitivo,el empoderamiento de la mujer y las nuevas dinámicas de la economía mundial, las familias van dejando de lado el modelo tradicional para dar paso a un modelo en el que los roles se comparten y se ejercen a la vez. Sin embargo, los entornos laborales aún no se adaptan a estas nuevas realidades.

La cultura del presencialismo, los horarios rígidos y la productividad medida en función del tiempo y no de los resultados, impide que los empleados puedan dar un balance sano a su vida familiar, personal y laboral. Y en este apartado, lastimosamente las mujeres son las más afectadas.
Estudios indican que al menos 6 de cada 10 mujeres renuncian a su trabajo por ser incompatible con la maternidad. Lo que contribuye a que sus carreras profesionales se vean truncadas y que a la par sea para las trabajadoras mujeres más difícil escalar a mandos altos y gerenciales en las organizaciones.
¿Cómo hacer frente a esto?
La solución pasa por ofrecer a nuestros colaboradores facilidades para que puedan ejercer sus roles familiares, brindándoles como organizaciones respaldo y confianza. Las medidas de conciliación van enfocadas a que tanto hombres como mujeres tengan la oportunidad de equilibrar los diferentes aspectos de su vida, esto contribuye directamente en su bienestar y calidad de vida; y como consecuencia sus niveles de productividad, compromiso aumenten de manera significativa. Así garantizamos que las personas tengan las mismas oportunidades sin importar su género, su situación familiar y edad.
Las organizaciones están conformadas por seres humanos con entornos familiares y personales particulares. Es importante entender que las etapas en la vida que atraviesan los colaboradores no son bajo ningún motivo, un obstáculo para su desempeño laboral.

Por ejemplo, las empresas pueden ofrecer la oportunidad para que hombres y mujeres puedan laborar desde casa, que puedan realizar jornadas flexibles. De esa manera su situación familiar no es un limitante para su desarrollo profesional. Su desempeño viene dado por sus habilidades y aptitudes.
Tanto la sociedad, como el sector productivo y el gobierno pueden contribuir a lograr una sociedad más equitativa.
De igual forma se deben promover al interior de las compañías espacios que ofrezcan un crecimiento profesional, a través de mentorías entre colaboradores, capacitaciones e incentivos a la productividad. De esta manera como empresas contribuimos a una sociedad más equitativa, y abrimos las puertas a un talento humano capacitado, comprometido al que muchas veces se le impide crecer por su condición de ser madre.