POR: JULIÁN MORA- PRESIDENTE EJECUTIVO LITTLE KICKERS ECUADOR
Andrés, al igual que muchos niños, desde sus primeros meses de nacido sonreía al coger una pelota. Al cumplir 2 años, su papá lo trajo a Little Kickers para empezar a jugar fútbol. Su padre Cristian, ya que veía que su hijo tenía habilidades y deseaba que se convirtiera en un gran futbolista. A pesar de que Andrés ya contaba con las aptitudes para desarrollarse futbolísticamente, había algo que le afectaba, la presión de su papá por ser el mejor, cuando el realmente quería divertirse. Por esa razón, decidimos conversar con Cristian y contarle cómo veíamos nosotros al deporte, al fútbol y que rol tienen los padres en la vida de los niños. Le explicamos, por ejemplo, que el deporte en general, y específicamente el proceso de iniciación de los niños y niñas en el fútbol consta de 3 etapas principales:
Primero, la etapa del deseo. El deseo de los padres (especialmente del padre) por llegar a que su hijo gane medallas, trofeos, éxito y reconocimiento. Y por otro lado el deseo del niño que por lo general lo que busca es divertirse y hacer amigos.
La segunda etapa es la del descubrimiento. ¿Tiene talento mi hijo/hija?; ¿puede ser campeón?; también es la etapa de las siguientes afirmaciones: “hazme caso a mí, “yo sé de esto” (acordarse de que todos somos técnicos); “vamos, vamos…no te distraigas”; “corre, salta, patea has la gambeta que te enseñé”; “hoy haces 3 goles seguro”. En este escenario el niño describe, practica y enseña a sus familiares todo lo que puede lograr al controlar su cuerpo y seguir instrucciones.
Para lograr cualquier objetivo, tenemos que tener claro que lo primero es la individualidad, SER yo mismo, encontrar mi camino para poder HACER actividades placenteras y dar lo mejor de mí. Como resultado vamos a poder TENER el gusto y conseguir el éxito que deseamos. Para tener, entonces, primero hay que SER, no hay otro camino.
La tercera fase es la realidad, salvo que el niño sea un Messi, Ronaldo o un Valencia seguramente el fútbol no llegue a ser su carrera profesional. Una de las causas principales del abandono temprano del deporte es la presión que reciben los niños y jóvenes del entorno que los rodea.
El deporte es una actividad lúdica, libre, competitivamente voluntaria, donde se juega por el deseo propio y no por el deseo del otro. Los niños y niñas deben tener la tranquilidad de equivocarse repetidamente, con total naturalidad para ver que aún así pueden seguir practicándolo.
No podemos olvidarnos que los niños y adolescente participan en el deporte por razones relacionadas con la educación, las amistades, la diversión, la mejora de la forma física y la sana competencia. Todos los involucrados en el desarrollo de los niños, los padres, familiares y entrenadores pueden equivocar los objetivos. Esto puede desencadenar en una enorme confusión en los niños. Muchas veces los adultos nos convertimos en el problema de los niños. Los entrenadores deben tener muy claro el para qué y por qué trabajan con niños. La filosofía de las clases y sus objetivos deben estar definidas y deben ser respetadas, ejecutadas y también socializadas con los padres de familia. La motivación al alumno debe ser constante siempre buscando que participen y se expresen libremente.
No podemos olvidarnos que el deporte es un hábito de vida sumamente positivo tanto para niños como para adultos.
Pero, claro que ganar es importante. El papá de Andrés quería saber que opinábamos sobre la victoria. Nosotros respondimos: Es fácil resumir el éxito con la victoria en el deporte. Sin embargo, si la filosofía del equipo y de los entrenadores no se fundamenta únicamente en buscar la victoria, ellos, los niños, tendrán diversos éxitos aún perdiendo un partido. Muchas veces cuando un niño pierde un partido aprende de esa experiencia, de esos errores y fortalece sus debilidades para ganar el siguiente juego.
Así, concluyendo esta interesante conversación, el padre de Andrés nos confirmó que desde el 2 de enero vendrá a clases y el deporte será una herramienta importante en su desarrollo integral de su hijo.
Cuando un padre pone a su hijo/hija frente a un deporte a edad temprana, sólo él sabe qué es lo que quiere: a) desear un futuro campeón, o b) que se divierta, disfrute de los amigos, y juegue sin presión.
Si la opción es la segunda, puede guiarlo dándole su apoyo incondicional, acompañándolo en las victorias y en las derrotas, compartiendo sus experiencias, fomentando el hábito del deporte para que así, apoyado por sus entrenadores y en su debido momento el niño/niña decida si quiere practicar deporte o si quiere competir en el mismo. Nosotros Little Kickers Ecuador comparte la segunda visión, nuestra filosofía se fundamenta en jugar sin presión. Amar el deporte es el objetivo principal.